El hotel está muy cerca de Times Square, aunque en calles especialmente sucias y no muy bonitas. El hotel es viejito, le falta renovación. Las habitaciones familiares apenas dejan pasillo para moverse de un lado a otro de uno en uno. El baño, el agua caliente es una tómbola, hay días que te toca, y días que no. El desayuno tiene muy buen servicio, pero no esperéis una cosa muy especial, por no hablar de lo pequeño que es el comedor, lo que hace que con frecuencia haya que esperar para poder sentarse. Todos los utensilios del desayuno son de papel o de plástico. Lo mejor, la atención, especialmente de César.
Para nosotras lo peor fue la suciedad de las habitaciones. El olor horrible de esas moquetas viejaa que empeoraba cuando se ponían los viejos aparatos de aire, que yo creo que no les han cambiado nunca los filtros.
Si se os cae algo por detrás de la cama o de algún mueble, no metáis la mano…
En general, le daría un 5, por la ubicación cerca de Times Square y la atención del personal. Pero no repetiría aquí, la verdad.