Personal amable, atento y cálido, proveniente la gran mayoría del pueblito cercano, El Carmen. La familia que se ha encargado de restaurar, mantener y administrar como hotel la antigua hacienda, además de cuidar y conservar hermoso el lugar, en vez de traer gente de Guadalajara u otras ciudades para operar el negocio, se preocupó por atraer, contratar y capacitar a los habitantes de la comunidad aledaña. Excelente idea: además de apoyar la economía del pueblo, cuenta la propiedad con gente no citadina, sencilla y bien educada, con una actitud de servicio difícil de encontrar en los días que corren.