El alojamiento tiene lo justo para dormir, que es la funciĂłn que cumple. A las 02:00 de la madrugada le entreguĂ© la llave al señor de recepciĂłn y le informĂ© que iba al aeropuerto y volvĂa en un rato, y para mi sorpresa me encontrĂ© que, al regresar, sobre las 03:00 horas, en la recepciĂłn no habĂa nadie para entregarme la llave. LlamĂ© al timbre, aporreĂ© la puerta, gritĂ©, todo ello varias veces, y todo en vano. Al fin, despuĂ©s de 10 minutos esperando, llamĂ© por telĂ©fono al nĂșmero del alojamiento y el señor de recepciĂłn me contestĂł que estaba en la planta de arriba; bajĂł, me entregĂł la llave y ni siquiera se disculpĂł. Inaudito; jamĂĄs me habĂa ocurrido algo similar.