La habitación era preciosa con una terraza espectacular y unas vistas preciosas, muy cómoda. Desayuno no muy abundante pero de todo lo más normal y con una dulcería de mucha calidad. Nos han tratado genial, son muy amables.
Es un hotel no muy grande, admite perros cosa que no me di cuenta al reservar porque no reservo nunca en hoteles en los que se admiten perros, y me gustan los perros pero no en un hotel, los he visto subidos en las tumbonas de la piscina, donde luego tu te tumbas, y molestar con los continuos ladridos en el desayuno, por supuesto la que sobraba era yo que no me di cuenta de este detalle.
Por lo demás el hotel es maravilloso, la playa con algunas piedrecitas pero si caminas algo ya se entra bien en la playa de aguas transparentes. La playa tiene por parte del hotel tumbonas y sombrillas de gran comodidad y una piscina muy agradable.
Las comidas están bien también.
Alrededor no hay nada eso si, lo más cercano es Olbia que está bien para pasear y cenar y buenísimas playas cercanas.
El hotel es un remanso de paz quitando el detalle de los perros.
Repito hotel, habitación y trato muy muy bueno.