Esta estancia fue parte de un viaje más largo que hice con mi familia, y este es el hotel que más nos decepcionó. Carece de aire acondicionado y las habitaciones son sumamente calientes, imposible tener una noche de buen sueño, también el servicio de lavandería es caro y malo.
El hotel tiene dos lados positivos: el desayuno orgánico y la gente que atiende el lugar, ambos maravillosos. El desayuno es variado y muy sabroso y la gente que dirige el lugar (desde recepcionistas, hasta las chicas de la limpieza, meseros y cocineros) son todos excelentes, sin ellos, el hotel sería francamente basura.
Nuestra sugerencia final es que se hospeden en otras locaciones, hay muchos mejores y por el mismo precio por el lado del NyHavn.